Postparto: la cuarentena

Tras la euforía del parto, la subida de hormonas de felicidad y el no poder dejar de mirar al alien, llega el temido postparto. Es verdad que el postparto empieza desde el minuto uno de dar a luz, pero una no es consciente hasta unos días más tarde.

En las clases de preparación al parto te explican muchas cosas del postparto, pero nadie me habló de la sensación de estafa. Me hablaron de los cambios de humor, de los lloros sin sentido, de la depresión postparto, de los loquios, de la subida de la leche, etc… pero nadie de la estafa.

Tras el parto y llegar a casa, estas en una nube. A mi la nube de felicidad me fue bajando cuando me empezó a dolor el cuerpo. Así por empezar por algo, a pesar de haber parido sin epidural, los dolores me vinieron a la mañana siguiente. Parecía que me hubiera pasado una apisonadora por encima. A todo esto, se le añade el problema de ir al baño. Con solo dos puntos externos y unos «titantos» internos, yo no quería ir al baño. Además tengo que decir que lo que más me molestaba era una hemorroide. Tanto era el quejarme por ese dolor, que las enfermeras acabaron sorprendidas porque tras haber parido sin epidural, ¿cómo no era capaz de no soportar ese dolor?. Pero vaya no se si solo era el dolor o la rabia.

Me dijeron que iba a llorar. Y lo hice y mucho y por tonterías varias. Pero sin embargo nadie me habló de la hemorroide. Ni de que iba a andar muy de a poquito. Ni de que sentarse era una tortura y que estarías sentada de lado unos días. Tampoco nadie me dijo que es normal, repito, es normal que te hagas pis e incluso caca encima o casi encima. Vaya, que no te de tiempo a llegar al baño. Y es mucho más normal de lo que parece, solo que nadie lo cuenta. Algo que deberían hacer, porque cuando te pasa, te quieres morir, porque piensas que nunca jamas vas a volver a poder salir sin pañales, ¡que se los quitarás a tu hijo  y tu seguirás con ellos! Y no, no es así, solo que en ese momento no lo sabes.

Tras unas tres semanas de dar a luz. Hable con una amiga que había dado a luz una semana antes que yo. Después de muchos años desconectadas la una de la otra, estuvimos hablando una hora. La sensación de estafa era mutua. Cada una sufrió lo suyo en el parto. A pesar de ir preparadas, haber hecho gimnasia, ir a fisioterapeutas, utilizar el Epi-no, e ir muy preparadas, ninguna tuvo el parto que deseaba. Y el post parto había sido muy duro, no solo los lloros, sino por las secuelas físicas. Y lo mejor de todo, es que luego le preguntabas a otras amigas y te decían que esto era lo normal. ¿Por qué nadie nos había dicho esto antes?. Por eso era nuestra sensación de estafa.

A ella le pude confesar que durante las primeras semanas cuando oía al alien llorar, soñaba que me levantaba fácilmente (ja ja ja) de la cama, me vestía y me iba andando sigilosamente. Salia por la puerta y me iba a tomar un café. Esta charla por teléfono fue mi mejor terapia postparto. El poder decir que en la maternidad hay cosas muy bonitas, pero otras no tanto. Y poder reírte y quejarte con una amiga que había pasado por lo mismo.

Todo pasa y también la cuarentena. Yo vi ese mes pasar a través de la ventana de mi salón, me compré un calendario e iba tachando los días y como les digo a muchas que me preguntan «no se lo deseo, ni a mi peor enemigo» 🙂

Foto: el calendario es de modernadepueblo.com y me acompañó durante mi embarazo y postparto